¿Ya has dejado de trabajar?

Hace poco me topé con el término quiet quitting y me encantó. ¿No hemos pensado todos, en un momento u otro de nuestras vidas, «hmmm… sí, vale, me pagas para trabajar pero yo para trabajar para vivir, no vivir para trabajar»?

Entonces, ¿qué es la renuncia silenciosa? El Wall Street Journal lo define como no tomarse el trabajo demasiado en serio (artículo completo aquí). Es un término destinado a la generación Z, pero yo pertenezco a la generación X y mi padre es de la generación Boomer, y sé que él ha practicado el abandono silencioso en el trabajo, sin duda. No es nuevo, sólo que ahora tiene un nombre.

Creo que, en el fondo de nuestra mente, nuestro razonamiento es el siguiente: Me gusta este trabajo, pero ¿valgo lo que me pagan o valgo más? ¿Mi tiempo aquí sentado vale el sueldo a final de mes? Y entonces decidimos inconscientemente si sí o si no y empezamos a renunciar en silencio. ¿Pero esto hará que empecemos a buscar un nuevo trabajo?

¿Cuándo decidimos que ha llegado el momento de buscar un cambio? A mí me gusta llamarlo cambio de ciclo. Es cuando te das cuenta de que tu ciclo, el tiempo que has estado allí, ha terminado, y es hora de seguir adelante. Empiezas mentalmente el offboarding en tu trabajo actual mientras buscas el nuevo.

Si te has dado cuenta de que estás al final de un ciclo y ha llegado el momento de seguir adelante, aquí tienes algunos posibles pasos siguientes que te ayudarán:

1. Haz una lista. Como en Navidad, haz una lista y revísala dos veces de las cosas que buscas en tu próxima aventura (o trabajo). Es más fácil hacer una lista de las cosas que no queremos, pero ¿adivina qué va a preguntar el primer entrevistador de RRHH? Sí, así es: ¿qué buscas en esa próxima aventura?

2. Planifica tu estrategia de salida. Mientras tu cerebro ha encendido el botón de renuncia silenciosa, recuerda que sigues trabajando allí y que siempre es buena idea marcharse en buenos términos. No tienes que ir más allá, pero sé amable con la gente, termina tu trabajo, sé fiel a tu estilo profesional y mantén los puentes tendidos. Nunca sabemos dónde estaremos dentro de 10 años. Construye puentes, no los quemes, incluso cuando te vayas.

3. Revisa tu currículum. Tómate el tiempo necesario para revisar tu tarjeta de presentación única. Si tu currículum no es un fiel reflejo de ti mismo como profesional, es como si te presentaras a una entrevista con zapatillas de deporte y una camiseta arrugada. Da lo mejor de ti, incluso sobre el papel.

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¿Te has sentido un poco apagado en el trabajo últimamente? Puede que necesites un tiempo libre, o que hayas empezado a pensar en dejarlo. Puede que sea el momento adecuado para parar, mirarte al espejo y pensar en tus próximos pasos. ¡A por ello!